El buey desollado, 1655
Rembrandt fue el pintor y grabador holandés más importante de su tiempo. Cultivó todos los temas pictóricos existentes en su época, aunque especialmente el retrato, el autorretrato y las escenas religiosas. Su pintura posee una notable expresividad y un minucioso trabajo de iluminación, que se expresa en un incomparable dominio del claroscuro. Esta cualidad puede apreciarse en “El buey desollado”, tema habitual en la pintura holandesa a partir de mediados del siglo XVII aunque no era recurrente en el repertorio de Rembrandt. Probablemente lo realizó como estudio de las variaciones de la luz y el color sobre un objeto de forma irregular. La luz que recorre a lo largo el buey abierto en canal, contribuye a destacar su enorme volumen sobre el fondo oscuro del cuarto. El cuerpo inerte del animal fue pintado por medio de vigorosas pinceladas que liberan la fuerza luminosa del color. A lo largo de su carrera, Rembrandt pintó sólo algunas naturalezas muertas, tal vez como una forma de simbolizar la muerte y la transitoriedad de los seres vivientes.