Napoleón cruzando Los Alpes (1799)

Aunque sus comienzos están enraizados en la pintura rococó, el artista Jacques-Louis David es el representante más significativo del neoclasicismo en Francia. Luego de estudiar arte en París, se traslada a Italia donde recibe la influencia de la pintura barroca de Caravaggio y de las obras de la antigua Roma. De regreso a su país, ingresa como miembro a la academia de París, se relaciona con Napoleón Bonaparte, con quien desarrolla una gran amistad, y es nombrado primer pintor de la corte del Emperador en 1804.

Poniendo el arte al servicio de los ideales políticos revolucionarios, es el artista más importante de la Revolución Francesa. Su producción artística se centra principalmente en cuadros históricos y retratos, siendo estos últimos los que le han dado mayor celebridad.

“Napoleón cruzando los Alpes” es una pintura ecuestre inspirada en un retrato del zar Pedro el Grande, realizado por el artista francés Falconet en 1778. Al igual que el zar que cabalga trepando un peñasco, Napoleón aparece ascendiendo los Alpes. David lo representa como un héroe épico transformado en figura mítica, lo idealiza y lo presenta como un símbolo de poder y de belleza clásica.