Los fusilamientos de mayo (1814)
El español Francisco José de Goya y Lucientes es uno de los artistas más importantes de su tiempo. Pintor de cámara del rey desde 1789, posteriormente debe exiliarse en Francia, por motivos políticos.
Como hace en “Los fusilamientos de mayo”, es de los primeros pintores que retrata una matanza a modo de denuncia, representando las consecuencias de la oposición de los madrileños a la invasión francesa. Los ejecutados constituyen una verdadera galería de retratos del miedo. Cada personaje enfrenta la muerte a su manera: uno se tapa el rostro porque no puede soportarlo, el otro abre sus brazos ofreciendo su pecho a las balas: este personaje es terriblemente dramático, puesto que mira directamente a los soldados, y su camisa blanca constituye un foco de luz, como llamando la atención de la muerte y también de los espectadores. A sus pies, los cuerpos de los ajusticiados caen en desorden. Detrás, otros sentenciados aguardan su turno para ser fusilados. Los soldados franceses que van a ejecutar a los patriotas aparecen de espaldas: es la manera en que Goya les resta importancia, dando a entender que son sólo verdugos anónimos cumpliendo una orden.