Joven empolvándose (1877)
Berthe Morisot, pintora impresionista francesa, nieta del pintor Fragonard y discípula de Corot, recibió su mayor influencia formativa de su cuñado Edouard Manet. Aunque ella se opuso enérgicamente a la enseñanza académica convencional, sus cuadros fueron aceptados regularmente en el Salón de Bellas Artes y pudo participar en todas las exposiciones del movimiento impresionista, excepto en la cuarta (1879) debido a problemas de salud. Se especializó en amables escenas domésticas, pintadas con una técnica delicada y también fue excelente pintora de marinas.
En “Joven empolvándose” representa un espacio interior, donde una joven sentada ante una mesa con un espejo aparece empolvándose la cara. Los colores son delicados, de suaves contrastes entre sí, y la luz es utilizada de tal manera que contribuye a modelar los contornos de la figura.
Esta obra reúne las características típicas de la pintura de Morisot: la gracia y la delicadeza femeninas no dependen sólo de su apariencia exterior, sino que también emanan de sus gestos y obras. Berthe Morisot supo representar el alma de sus modelos, sin caer en la banalidad o el sentimentalismo.