El vértigo de Eros (1944)

Roberto Matta, pintor nacido en Chile, cuyas obras de inspiración surrealista y metafísica ilustran la civilización tecnológica moderna. Se formó como arquitecto en Santiago de Chile y con Le Corbusier en París, donde se hizo amigo del artista Marcel Duchamp. Al estallar la Segunda Guerra Mundial, se trasladó a Estados Unidos relacionándose con Breton, Ernst, Tanguy y André Masson. Matta tomó como base de su pintura el automatismo psíquico propagado por  Breton, consistente en eliminar o reducir al mínimo el control consciente del autor sobre la obra, de manera que ésta sea creada mediante la fuerza pura del inconsciente, sin que sea influida por ningún tipo de condicionante racional o estético.

El título de esta obra, “El vértigo de Eros”, ofrece una pauta  para ser interpretada y ayuda a comprender las ideas que el pintor intenta transmitir. Es una pintura que sugiere un espacio infinito y que puede considerarse tanto una representación metafórica de él como del espacio mental. La media luz que proviene de las profundidades del cuadro es característica en la pintura de Matta, que creó toda una simbología para representar los campos de la actividad psíquica, al contrario de otros consagrados surrealistas del siglo XX, que se valieron de las formas apegadas a la realidad para referirse a terrenos desconocidos como los sueños.