Adán y Eva expulsados del paraíso (hacia 1425)
Masaccio vivió el período de transición entre la Edad Media y la Edad Moderna, siendo uno de los artistas más revolucionarios de su tiempo, al punto que se le considera el precursor de la pintura renacentista. En esta obra el artista representa con gran expresividad la escena de la expulsión de Adán y Eva del Paraíso. Desconsolados, tal vez por la vergüenza que sienten por el pecado cometido y por su desnudez, abandonan el jardín. Pocas veces se encuentra en la pintura renacentista una representación tan sencilla del tema y al mismo tiempo tan intensamente emotiva.
Desde un punto de vista pictórico, esta creación es un ejemplo típico de la concepción que Masaccio tenía de la pintura, basada en la masa y el volumen de las figuras, en una única fuente de luz y en la representación científica de la perspectiva. Destaca en particular la precisa representación anatómica de las figuras, el colorido y el juego de luces y sombras. La importancia de los frescos de Masaccio fue tal, que todos los grandes pintores posteriores, incluidos Leonardo, Rafael y Miguel Ángel, los estudiaron.