Pradera, 1985

Gerhard Richter, destacado artista contemporáneo nacido en Alemania Oriental y posteriormente radicado en Alemania Federal, comenzó su carrera pintando decorados y carteles. Durante su trayectoria artística ha ido adoptando múltiples estilos, que se alternan entre la figuración y la abstracción. En su obra pictórica las fotopinturas juegan un papel fundamental: para él las fotografías son las que reflejan la realidad con mayor exactitud. Los cuadros realizados a partir de tomas fotográficas dan la sensación de que Richter ha pasado un pincel seco sobre la superficie húmeda del lienzo, produciendo un efecto de fotografía borrosa, desenfocada, lo que proporciona a sus pinturas un aire misterioso que las hace muy interesantes.

Su producción artística también incluye series de paisajes y cuadros de nubes, naturalezas muertas con velas y vistas urbanas desde el aire pintadas toscamente. Hacia 1968 comenzó a pintar grandes cuadros abstractos que impresionan por la intensidad de sus colores.

Richter es uno de los grandes clásicos del arte contemporáneo, pero un clásico polimorfo y desconcertante. La diversidad de temas y técnicas impide que su obra pueda encasillarse en un solo estilo. Para definirlo, nada mejor que sus propias palabras: “Me gusta todo lo que no tiene estilo: diccionarios, fotos, la naturaleza, mis cuadros y yo”.